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Mostrando entradas con la etiqueta POESÍA CUBANA. Mostrar todas las entradas
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lunes, 22 de julio de 2019

ROBERTO FERNÁNDEZ RETAMAR - IN MEMORIAN

El reconocido intelectual cubano Roberto Fernández Retamar falleció este sábado en La Habana, a los 89 años.
Retamar fue sin dudas una de las más relevantes intelectuales de Cuba y las letras hispanoamericanas del siglo XX. Se desempeñaba como director de la Casa de las Américas desde 1986 y de su revista (desde 1965), y era miembro de la Academia Cubana de la Lengua y miembro correspondiente de la Real Academia Española. 




FELICES LOS NORMALES

"Felices los normales, esos seres extraños,
Los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho, un hijo delincuente,
Una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,
Los que no han sido calcinados por un amor devorante,
Los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y un poco más,
Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,
Los satisfechos, los gordos, los lindos,
Los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,
Los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,
Los flautistas acompañados por ratones,
Los vendedores y sus compradores,
Los caballeros ligeramente sobrehumanos,
Los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos,
Los delicados, los sensatos, los finos,
Los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles.
Felices las aves, el estiércol, las piedras.

Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,
Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
Y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos
Que sus padres y más delincuentes que sus hijos
Y más devorados por amores calcinantes.
Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.."



ROBERTO FERNÁNDEZ RETAMAR (La Habana, 1930) Escritor cubano que perteneció a los llamados poetas de la Revolución y era uno de los mejores exponentes del coloquialismo hispanoamericano.









Esta entrada la hice en 2012, hoy la traigo de nuevo en su memoria. 


martes, 7 de noviembre de 2017

¿PUEDES? - NICOLÁS GUILLÉN JUNTO A LOS MARAVILLOSOS PAISAJES DE MONET

Claude Monet

¿Puedes venderme el aire que pasa entre tus dedos
y te golpea la cara y te despeina?
¿Tal vez podrías venderme cinco pesos de viento,
o más, quizás venderme una tormenta?
¿Acaso el aire fino
me venderías, el aire
(no todo) que recorre
en tu jardín corolas y corolas,
en tu jardín para los pájaros,
diez pesos de aire fino?


                         El aire gira y pasa
                         en una mariposa.
                         Nadie lo tiene, nadie.



¿Puedes?


Claude Monet

¿Puedes venderme cielo,
el cielo azul a veces,
o gris también a veces,
una parcela de tu cielo,
el que compraste, piensas tú, con los árboles
de tu huerto, como quien compra el techo con la casa?
¿Puedes venderme un dólar
de cielo, dos kilómetros
de cielo, un trozo, el que tú puedas,
de tu cielo?


                           El cielo está en las nubes.
                           Altas las nubes pasan.
                           Nadie las tiene, nadie.



¿Puedes?


Claude Monet


¿Puedes venderme lluvia, el agua
que te ha dado tus lágrimas y te moja la lengua?
¿Puedes venderme un dólar de agua
de manantial, una nube preñada,
crespa y suave como una cordera,
o bien agua llovida en la montaña,
o el agua de los charcos
abandonados a los perros,
o una legua de mar, tal vez un lago,
cien dólares de lago?

                              El agua cae, rueda.
                              El agua rueda, pasa.
                              Nadie la tiene, nadie.



¿Puedes?


Claude Monet


¿Puedes venderme tierra, la profunda
noche de las raíces; dientes
de dinosaurios y la cal
dispersa de lejanos esqueletos?
¿Puedes venderme selvas ya sepultadas, aves muertas,
peces de piedra, azufre
de los volcanes, mil millones de años
en espiral subiendo? ¿Puedes
venderme tierra, puedes
venderme tierra, puedes?

                                La tierra tuya es mía.
                                Todos los pies la pisan.
                                Nadie la tiene, nadie.


¿Puedes?


Claude Monet



Nicolás Guillén





Claude Monet

¡Ahora me siento como el paisaje, puedo ser audaz e incluir todos los tonos de azul y rosa: es encantador, es delicioso!

... ¿Y ahora puedes?


martes, 24 de abril de 2012

ME DESORDENO, AMOR, ME DESORDENO - CARILDA OLIVER

Matisse


ME DESORDENO, AMOR, ME DESORDENO 


Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada;
y casi sin querer, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.

Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada
me desordeno, amor, me desordeno.

Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mala promesa de veneno;

y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.




Carilda Oliver, Matanzas, Cuba, 1922



domingo, 23 de octubre de 2011

NICOLÁS GUILLÉN - EL POETA NACIONAL DE CUBA

Victor Manuel García, pintor cubano, "La gitana tropical"



Un poema de amor

No sé. Lo ignoro.
Desconozco todo el tiempo que anduve
sin encontrarla nuevamente.
¿Tal vez un siglo? Acaso.
Acaso un poco menos: noventa y nueve años.
¿O un mes? Pudiera ser. En cualquier forma
un tiempo enorme, enorme, enorme.
Al fin como una rosa súbita,
repentina campánula temblando,
la noticia.
Saber de pronto
que iba a verla otra vez, que la tendría
cerca, tangible, real, como en los sueños.
¡Qué trueno sordo
rodándome en las venas,
estallando allá arriba
bajo mi sangre, en una
nocturna tempestad!
¿Y el hallazgo, en seguida? ¿Y la manera
que nadie comprendiera
que ésa es nuestra propia manera?
Un roce apenas, un contacto eléctrico,
un apretón conspirativo, una mirada,
un palpitar del corazón
gritando, aullando con silenciosa voz.
Después
( Ya lo sabéis desde los quince años )
ese aletear de las palabras presas,
palabras de ojos bajos,
penitenciales,
entre testigos enemigos,
todavía
un amor de "lo amo"
de "usted", de "bien quisiera,
pero es imposible..." De "no podemos,
no, piénselo usted mejor...."
Es un amor así,
es un amor de abismo en primavera,
cortés, cordial, feliz, fatal.
La despedida, luego,
genérica,
en el turbión de los amigos.
Verla partir y amarla como nunca;
seguirla con los ojos,
y ya sin ojos seguir viéndola lejos,
allá lejos, y aún seguirla
más lejos todavía,
hecha de noche,
de mordedura, beso, insomnio,
veneno, éxtasis, convulsión,
suspiro, sangre, muerte...
Hecha
de esa sustancia conocida
con que amasamos una estrella.

¿Puedes?

¿Puedes venderme el aire que pasa entre tus dedos
y te golpea la cara y te despeina?
¿Tal vez podrías venderme cinco pesos de viento,
o más, quizás venderme una tormenta?
¿Acaso el aire fino
me venderías, el aire
(no todo) que recorre
en tu jardín corolas y corolas,
en tu jardín para los pájaros,
diez pesos de aire fino? (...)



Madrigal

Tu vientre sabe más que tu cabeza
y tanto como tus muslos.
Esa
es la fuerte gracia negra
de tu cuerpo desnudo.
Signo de selva el tuyo,
con tus collares rojos,
tus brazaletes de oro curvo,
y ese caimán oscuro
nadando en el Zambeze de tus ojos.

Cómo no ser romántico y siglo XIX...

Cómo no ser romántico y siglo XIX,
no me da pena,
cómo no ser Musset
viéndola esta tarde
tendida casi exangüe,
hablando desde lejos,
lejos de allá del fondo de ella misma,
de cosas leves, suaves, tristes.
Los shorts bien shorts
permiten ver sus detenidos muslos
casi poderosos,
pero su enferma blusa pulmonar
convaleciente
tanto como su cuello-fino-Modigliani,
tanto como su piel-margarita-trigo-claro,
Margarita de nuevo ( así preciso ),
en la chaise-longue ocasional tendida
ocasional junto al teléfono,
me devuelven un busto transparente
( Nada, no más un poco de cansancio ).
Es sábado en la calle, pero en vano.
Ay, cómo amarla de manera
que no se me quebrara
de tan espuma tan soneto y madrigal,
me voy no quiero verla,
de tan Musset y siglo XIX
cómo no ser romántico.






Poeta cubano nacido en Camagüey en 1902.
Desde muy joven se inclinó por las actividades culturales y políticas de su país, ocupando cargos importantes en la diplomacia a raíz del triunfo de la revolución cubana.
Su inclinación posmodernista y vanguardista lo convirtió en el autor más destacado de la poesía afro-antillana.
Su obra poética se inició con «Motivos de Son» en 1930 y «Sóngoro Cosongo» en 1931. Luego aparecieron los siguientes títulos: «El son Entero», «La paloma de vuelo popular», «Tengo», «Poemas de amor», «El gran Zoo» y «Por el mar de las Antillas anda un barco de papel».
Falleció en 1989.